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20 ‘ROAD MOVIES’ IMPRESCINDIBLES (I)

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Con un poco de retraso, os traigo el Especial que he preparado con motivo de la visita número 10.000 al blog. Y digo con retraso porque a día de hoy ya hemos superado las 15.000 :P

Pero aquí, como del cerdo, se aprovecha todo, así que la fiesta va a ser doble porque celebramos también el primer año de vida del blog; no hay mal que por bien no venga. Un año plagado de viajes, cine y carreteras, muchas carreteras…

Y como este blog nació para aunar cine y viajes, que mejor manera de celebrarlo que con un especial con las mejores ‘road movies’ de la historia, el género cinematográfico que reúne en un mismo espacio nuestras dos pasiones.

El cine se ha sentido atraído desde siempre por la carretera, convirtiéndola en referente visual y aprovechando su poder metafórico para desarrollar la historia a través del viaje. Muchas películas gravitan alrededor de una carretera, un camino que tiene más que ver con el desarrollo interior de los personajes que con el trayecto en sí.

Para saber de lo que estamos hablando, me permito tomar prestada la definición de ‘road movie’ de la Wikipedia, que me parece bastante acertada:

“Road movie (del inglés, literalmente “película de carretera”) es un género cinematográfico cuyo argumento se desarrolla a lo largo de un viaje. Herederas de la tradición literaria del viaje iniciático, que se remonta a la Odisea homérica, las películas de carretera combinan la metáfora del viaje como desarrollo con la cultura de la movilidad individual de los Estados Unidos y el Occidente opulento después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la posesión de un automóvil se vuelve uno de los signos de la identidad adulta. Ha servido de influencia a este género también el escritor y poeta Jack Kerouac, quién en sus novelas mas reconocidas como ‘En el camino’ o ‘Big Sur’ trata las historias en la carretera. Los orígenes del género datan de la época clásica del star system de Hollywood, pero comienza a distinguirse específicamente de otras temáticas en los años 60, donde la noción del viaje es parte explícita de la temática”.

‘MY OWN PRIVATE IDAHO’ (Gus van Sant, 1991)

River Phoenix, en uno de sus últimos papeles antes de morir de sobredosis con tan sólo 23 años, interpreta a un joven, Mike, que se prostituye en la calle y que sufre repentinos ataques de narcolepsia. Junto a su amigo Scott (Keanu Reeves) emprenderá un viaje para encontrar a su madre. Estamos ante una ‘road movie’ intimista en la que lo realmente importante es la evolución interior de ambos personajes, dos inadaptados que buscan su lugar en el mundo. Una de las mejores películas de Gus van Sant, que se inspiró en varios relatos de William Shakespeare a la hora de crear la historia.

‘THE GAUNTLET’ (Clint Eastwood, 1977)

Un policía adicto a la bebida debe escoltar a una prostituta desde Las Vegas hasta Phoenix para que pueda testificar en el juicio contra un mafioso. Sin embargo, alguien muy poderoso está empeñado en que no lleguen a su destino, convirtiendo el recorrido en una auténtica cacería humana. La película es una orgía de disparos en la que la policía no escatimará balas para detener a nuestro héroe. Además del final del autobús, épico, destaca una escena en la que los agentes demuelen a balazos una casa en la que se refugian los protagonistas; puro exceso. No es, ni mucho menos, la mejor película de Clint Eastwood como director, pero sí que destila todo el carisma del prototipo de personaje que lo encumbró a la fama.

‘SMOKEY AND THE BANDIT’ (Hal Needham, 1977)

Bandit, el rey de la carretera, debe recoger un camión de cerveza en Texarkana y conducirlo a través del país hasta Atlanta en sólo 48 horas si quiere ganar 80.000 dólares. En tono de comedia, la película reunió a tres estrellas del momento: Burt Reynolds, Sally Field y un Pontiac ‘Firebird’ Trans Am de 1976. Tal fue el éxito, que se produjeron dos secuelas, la segunda bastante más floja y la tercera directamente para olvidar. Las persecuciones y los accidentes de coches son el leit motiv de esta cinta en la que destaca el personaje del sheriff tejano Buford T. Justice, alias “Smokey”, obsesionado con capturar al escurridizo Bandit desde que la novia de su bobalicón hijo lo abandonara por este.

‘FASTER, PUSSYCAT! KILL! KILL!’ (Russ Meyer, 1965)

Un hito de la serie B. Billie, Rosie y Varla son tres bailarinas gogó a las que les gustan los coches rápidos y meterse en problemas. Así, cuando encuentran en medio del desierto a una joven pareja los retan a una carrera: él acaba muerto y a ella la secuestran. La cinta lleva el sello inequívoco de su director, Russ Meyer: mujeres “neumáticas” contoneándose en el desierto, ‘rednecks’, sexo y mucha violencia, algo que sería una constante en su filmografía posterior, de corte erótico. La mayor parte de la película está rodada en pleno desierto de Mojave, California.

‘THE HITCHER’ (Robert Harmon, 1986)

Un thriller de carretera con hechuras de ‘road movie’. Un joven debe llevar un coche desde Chicago hasta San Diego. Por el camino recoge a un autoestopista que le confiesa que es un asesino. El joven consigue echarlo en el último momento del vehículo y comienzan a jugar al gato y al ratón entre ambos. La película nos hace partícipes en todo momento de la angustia del protagonista y destaca por la inquietante actuación de Rutger Hauer, en el mejor momento de su carrera. La cinta se inspira en la interesante ‘El autoestopista’ (The hitch-hicker, 1953) y tiene algo de la espléndida ‘El desvío’ (Detour, 1945), dos clásicos de la serie B que se han convertido por derecho propio, como la que nos ocupa, en películas de culto.

‘MIDNIGHT RUN’ (Martin Brest, 1988)

Un ex policía de Chicago reconvertido en caza recompensas recibe una suculenta oferta a cambio de encontrar a un contable que se ha fugado con 15 millones de dólares de la mafia. Sin embargo, la tarea no será fácil ya que la mafia, el FBI y otro caza recompensas van tras ellos. Un thriller de acción en tono de comedia que destaca por la gran química de sus dos protagonistas. Por un lado, Robert de Niro en, quizás, su rol cómico más brillante y, por otro, un Charles Grodin en el mejor papel de su carrera, sin duda, “El Duque”. La película mantiene en todo momento un ritmo ágil mientras acompañamos a los protagonistas en una carrera contrarreloj por llegar a Los Angeles antes de que expire el tiempo establecido por el agente de fianzas.

‘TWO-LANE BLACKTOP’ (Monte Hellman, 1971)

Estamos ante la ‘Easy rider’ de los 70, una ‘road movie’ existencialista reflejo de la sociedad norteamericana del momento. Una austera visión condicionada por el desencanto de la era post hippie, parca hasta en el título (“Carretera asfaltada en dos direcciones”, en castellano). Dos chicos recorren Estados Unidos compitiendo en carreras ilegales. Los elegidos para interpretarlos son dos cantantes muy populares de la época: James Taylor y Dennis Wilson, batería de The Beach Boys, que pasan sus días alrededor de la Ruta 66. De hecho, la película ha quedado como testigo mudo de esta mítica carretera, antes de que las grandes autopistas acabarán con ella.

‘NEAR DARK’ (Kathryn Bigelow, 1987)

Mezcla de géneros –’western’, vampiros y ‘road movie’–, esta película contribuyó a modernizar el mito de los “chupasangres”. Caleb, un joven cowboy, es seducido por una misteriosa chica que justo antes del amanecer le muerde en el cuello y huye. Ella forma parte de un grupo de vampiros nómadas que vaga sin rumbo fijo y que finalmente acoge al joven Caleb, que rehusa matar para alimentarse. Curiosamente, se estrenó el mismo año que otro hito ochentero del cine de vampiros adolescentes: ‘Jóvenes ocultos’ (Lost boys, 1987), con la que mantiene algunos paralelismos. La cinta contiene algunas escenas muy logradas, como la del bar, y cuenta con grandes actuaciones, destacando especialmente Bill Paxton, en el papel de Severen.

‘A PERFECT WORLD’ (Clint Eastwood, 1993)

Otra ‘road movie’ ambientada en TexasButch Haynes es un peligroso e inteligente asesino que se escapa de la cárcel en compañía de otro preso. Durante la huida toman como rehén a Philip, un niño de seis años miembro de una estricta familia de Testigos de Jehová. Desde el principio se establece una química muy especial entre el secuestrador y su víctima, en una crítica abierta a los fanatismos religiosos. Todas las actuaciones rayan a gran nivel, incluido Kevin Costner como Butch, en el mejor papel de su carrera. Especialmente impactante resulta la escena del baile, en el tramo final de la película. Una de las mejores obras de su director.

‘THE GETAWAY’ (Sam Peckinpah, 1972)

Doc McCoy (Steve McQueen) consigue salir de la cárcel gracias a que su esposa Carol (Ali MacGraw) le consigue la libertad provisional por medio de un corrupto hombre de negocios. Pero, a cambio, el matrimonio tendrá que atracar a un banco. Uno de los films más relevantes del gran Sam Peckinpah, en cuya filmografía podemos encontrar otras dos ‘road movies’ muy interesantes, ‘Quiero la cabeza de Alfredo García’ y ‘Convoy’. McQueen y MacGraw, pareja también en la vida real, dan vida al matrimonio que huye desesperadamente hacia MéxicoEl final de esta película es uno de mis favoritos. En 1994, otra pareja de actores en la vida real, Alec Baldwin y Kim Bassinger, protagonizaron un remake infumable.

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